Luces de lubricán

domingo, 29 de agosto de 2010


"La rubiana de los versos siguientes se refiere, muy particularmente, a la que sucede en los ocasos. 
A ésta la llaman también 'Gloria de Dios' y 'lubricán' (vocablo compuesto de 'lobo' y de 'can'). 
Francisco Álvarez Velasco. Noche.

De repente en las aguas, la sirena.
Y la luz de las ocho arde un instante,
como si fuera el tiempo diamante
que lanzara los rayos en la arena.

Ya se aleja hacia el norte y la cadena
de la luz se deshace. Ella, triunfante,
avanza hacia la noche, fulgurante,
mientras queda en la orilla la condena

de no saber si fue un sueño glorioso
el blanco cuerpo grácil, la mirada
suplicante de amor, la mano abierta

al horizonte en llamas poderoso,
cuando la tarde cae y en la desierta
playa suena sombría marejada.